domingo, 31 de agosto de 2008

desde Zacatecas, México, del blog de Felix Albo

sábado 18 de agosto de 2007

ZACATECAS, México


No puedo seguir escribiendo en el Blog antes de terminar de contar mi viaje a aquellas tierras mexicanas. Sí, ya se que hace casi un mes que estuve, pero por mis adentros aún hay una frase que me recorre cuando pienso en Zacatecas y es: ¡guau! qué sensasión...

amable. De allí, de Zacatecas, y de fuera. Entre las narradoras y narradores que pZacatecas es una ciudad amable llena de gentearticipábamos en el festival descubrí a Inés Grimland, narradora argentina. Una de esas mujeres que cuanto más hablas con ella, más quieres hablar. Una maestra de la narración que desde el escenario no para de dar lecciones, por lo que cuenta y por cómo la hace. Nos sorprendió, y a mí, a lo grande, con una sesión donde habla sin perder la compostura de cómo vive y se siente una mujer de 50 años separada en la sociedad actual. Te ríes, pero acabas jodido, muy jodido. Antes nos había enternecido Maisa, otra grande. Una leonesa que con fiereza narra y vive, una rompe corazones millonarios que en nuestra tierra no habíamos tenido ocasión de intercambiar chocolates, cafés y conversaciones la mar de intensas. Un gusto.

Publicado por Universia - México

Miercoles 17 Noviembre 2004

Colombia: Oficio de cuenteros

Socióloga, profesora de piano, madre de tres hijos y con cuatro nietos, Inés Grimland decidió, a los 55 años, dedicarse a lo que realmente había querido hacer en su vida: ser cuentera.

28/08/2003

Ella participó, junto a otras 14 personas narradoras orales, en el VI Festival Internacional de Cuenteros El Caribe Cuenta, realizado en Barranquilla.

Grimland, nacida en Ucrania y ciudadana argentina, llegó el 14 de este mes a Barranquilla, al norte de Colombia, como la venezolana Nilde Silva, el cubano Joel Sánchez y el español Antonio González, para participar con otros 14 narradores orales colombianos en el VI Festival Internacional de Cuenteros El Caribe Cuenta, que concluyó el 23 de este mes.

En una función especial que se llevó a cabo el lunes 18, en un pequeño parque de un barrio de desplazados en la periferia de Barranquilla, Grimland mostró sus más importantes tesoros ante un auditorio de 60 niños y unos 20 adultos.

De una cajita sacó un pedazo de servilleta que empezó a quemar ante el público, y antes de que terminara convertida en ceniza se transformó en una flor, que lanzó al aire para que todos se convencieran de que era una flor de verdad.

Contó que ese truco era uno de los que le enseñó su tío cuando era pequeña, junto con historias que narró.

Juan Carlos Segura, de 14 años, dijo a IPS que le gustaron los cuentos de Grimland “porque tienen magia”, y María Reyes, su abuela, afirmó que le hicieron recordar “cuando era chica y nos sentábamos todos al anochecer en la puerta de la casa, a escuchar las historias que nos contaban los mayores”.

Grimland confió a IPS que contar historias fue para ella la salida de una vida rutinaria.

“Durante muchísimos años yo hice todo lo que se supone que tiene que hacer una mujer”, o sea estudiar, trabajar, casarse y ocuparse del esposo, de los hijos “y de que todos estuviesen contentos, pero llegó un momento en que decidí romper con todo y hacer lo que realmente deseaba, encontrarme con el mundo de los cuentos”, explicó.

“Los cuentos me han llevado de la mano. No sé a dónde, pero el tránsito y el camino son maravillosos”, afirmó la narradora.

En Buenos Aires, Grimland tiene un programa de radio en el que dice sus cuentos, y realiza en varias instituciones talleres para adultos mayores, que buscan revalorizar las historias y reencontrarse con las propias raíces culturales.

Primo Rojas, de Bogotá, actor y dramaturgo con estudios de leyes y antropología, decidió seguir por el camino de la narración oral, y dice que no necesita nada más para vivir.

El cuentero, de Bogotá, es considerado uno de los más valiosos narradores colombianos, tanto por su temática como por sus dotes actorales. Su obra mezcla humor negro y espectáculo, con lenguaje popular y crítica irónica a diversos convencionalismos sociales.

La venezolana Silva, licenciada en educación preescolar y artista plástica, creció entre cuentos de su madre. “Ella me decía que a las plantas hay que hablarles para que crezcan hermosas, y yo les contaba las historias que ella nos narraba a la hora del almuerzo”, dijo a IPS.

En la secundaria, la semilla de ser cuentera siguió creciendo, y la primera experiencia interesante en la materia que recuerda Silva es que cuando cursaba el segundo grado, su grupo tuvo como tarea leer Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez.

“Cuando me tocó el turno, comencé a contar lo que había leído, y todos quedaron tan atados a la historia que me tocó narrar toda la obra, en sesiones de tres horas seguidas durante tres días”, dijo.

Silva trabaja en Barquisimeto, al noroeste de Venezuela, y es cofundadora de la Unión Nacional de Narradores Orales de ese país. También hace títeres con el grupo Los Niños Creadores. En su trabajo utiliza la música, y las historias sobre diferentes tipos de mujeres son parte de su habitual repertorio.

Para ella, el oficio de la palabra ha cobrado importancia porque “la gente está aprendiendo a escuchar, y el cuento no sólo se utiliza para la fantasía”, al tiempo que festivales como el que se lleva a cabo en Barranquilla “abren espacios para acercarse al arte y la literatura de una manera más sencilla y más pura”.

En opinión de Manuel Sánchez, del comité organizador de El Caribe Cuenta, ese festival que se ha realizado durante seis años sucesivos muestra que, “pese a la crisis que afronta el sector de la cultura, seguimos creyendo en las inmensas posibilidades del arte”.

Luneta 50, organización no gubernamental responsable del festival, debió cerrar por falta de recursos la sala que había mantenido durante seis años en Barranquilla, empleada para proyectos de sensibilización artística del público.

Pero ese grupo decidió continuar con el festival de cuenteros, el tercero más importante del país, después del iberoamericano que se realiza en la nororiental ciudad de Bucaramanga, y del de la noroccidental ciudad de Medellín.

Según Sánchez, la crisis económica afecta, pero “los artistas no hacen paro (huelga), son generosos, y la gente espera y sabe que este festival se hace cada año”.

La sexta edición de El Caribe Cuenta recibió apoyo del Ministerio de Cultura, la Gobernación del Atlántico y empresas privadas.

Uno de los colombianos participantes es Reynaldo Ruiz, de la septentrional ciudad de Sahun, maestro y líder comunitario además de narrador, cuyos espectáculos recogen historias y anécdotas de los campesinos de su región. Es conocido como “El Rey del Costumbrismo”, y desnuda las relaciones humanas desde esa óptica rural, con mucho sentido del humor.

Marjorie Eljach, de Barranquilla, es licenciada en estudios literarios, con una maestría en información y documentación en España. Su obra mostró que en este Festival las mujeres también cuentan, en todos los sentidos, con historias pícaras sobre las relaciones entre ellas y los hombres.

Fue invitado especial el indígena Jorge Abshana, de la septentrional ciudad de Uribia, quien se desempeña en su comunidad de la etnia wayuú como “palabrero”, es decir mediador en conflictos. Su participación en el Festival transmitió anécdotas y códigos de ese trabajo de conciliación.

Fuente: mujereshoy.com







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viernes, 22 de agosto de 2008

"Juicio a los 50" Unipersonal de Humor - Única Función en Buenos Aires


El jueves 18 de septiembre de 2008 a las 21 hs, se presentará en el Cine Teatro San Pedro, calle Bermudez 2052, "Juicio a los 50", espectáculo unipersonal escrito, narrado, vestido y musicalizado por Inés Grimland. Este espectáculo se presentó en Cuba, España, Colombia, Venezuela, Ecuador, Israel, México, Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina, con gran éxito de crítica y público. Más de 10.000 personas rieron y se emocionaron. Si todavía no lo viste, tenés una única posibilidad de hacerlo en Buenos Aires. El costo de la entrada es de $ 25 en boletería.
"Juicio a los 50" Historias de mujeres recientemente divorciadas que hacen un "racconto" de su vida con mucho humor. Historias de mujeres para que disfruten también los hombres.

Si querés tener tu entrada con anticipación, comunicate con Producciones IG, 4855-0919 -

154-4702074. O con Oscar, al 155-8689440

martes, 12 de agosto de 2008

En Libertad 8 (Madrid, España)

" Juicio a los 50" Unipersonal de humor

En Libertad 8 Café (Madrid, España)

No sólo de cuentos viven las narradoras. Un día de relax en las playas de Bolonia (España)


Conocer o no conocer a Francisco Garzón Céspedes.


Conocer o no conocer a Francisco Garzón Céspedes.

Cuando allá por el 2000 empecé estudiar Narración Oral, los primeros textos que leí fueron los de Francisco Garzón Céspedes.
En el ambiente de la Narración Oral de Argentina, era uno de los más nombrados. Cuando empecé a ver narradores me decían: “ese es garzoniano”, “esa también”. “Lo que está haciendo “ese” no es narración oral, aquel no se mueve en el escenario como los de la escuela de Garzón. “Eso está mal, según Garzón tenés que vestirte de negro y sin ningún adorno”. Yo escuchaba y asentía, pero de veras el “garzoniano” me parecía un mundo cerrado y casi autista.
Algunos narradores llegaron a decirme que lo que yo hacía no era narración oral porque “según Garzón lo que tenía que hacer era…”
Yo seguía haciendo presentaciones, leyendo, viendo narradores, tratando de entender en qué mundo me estaba metiendo.
De a poco fui buscando información acerca de Garzón y de muchos otros teóricos que decían estar a favor o en contra de… ¿adivinen quien? Si, de Garzón.
O sea, a favor o en contra, era el referente.
Cuando en enero de 2008 viajé a España, se me ocurrió la idea de contactarme con él.
Ya me habían avisado que era muy difícil que me respondiera, menos todavía que le interesara encontrarse conmigo. Yo pensé: ¿qué tengo para perder? Lo peor que puede pasar es que no me conteste, o que me conteste y me diga que no tiene tiempo, que lo llame en el 2030.
El primer mail que le mandé lo contestó, muy amablemente, una persona de su equipo de trabajo. A partir del segundo mail, el contacto fue directo con él. ¡UAU! ¡Sorpresa!
Allí estaba, en persona, mejor dicho, en mail.
El intercambio fue fluido y cada vez más interesante. Y ya en España, nos encontramos en un café muy elegante de Madrid.
Pero esto forma parte de otra historia.

domingo, 10 de agosto de 2008

"En el corazón de Buenos Aires", un espacio para compartir.

En agosto de 2007, abrió sus puertas "En el corazón de Buenos Aires", un espacio para compartir, aprender y disfrutar.
Como lo indica su nombre, está ubicado "en el corazón de Buenos Aires", en el centro geográfico de la ciudad, frente al Parque Centenario y el Museo de Ciencias Naturales.
El espacio fue inaugurado por Carlos Pachón, narrador colombiano de amplia trayectoria y se presentaron en sucesivas oportunidades, entre otros, Victor Arjona (México), Marco Flecha, Carmen Vallejo y Airym Sarta (Paraguay), Albert Estengre y Ängeles Fernandez (España), Heber Banda y Humberto Saenz (México), Edda Díaz (Argentina), Ricardo Gonzalez Vargas y Fernando Cárdenas (Colombia), Marie-Laurence Lupie violinista, (Canadá), Liliana Cinetto (Argentina), Joseluis Mellado (Chile), el grupo "Contame una historia, mentime al oído" (Argentina) dirigido por Inés Grimland y la "Red de mujeres que tienen algo para contar" integrada por Giselle Rataus, Laura Dippólito e Inés Grimland (Argentina) y Ana Hidalgo (Venezuela).
Este lugar, que se está consolidando, lenta y firmemente, me permite recibir a quienes llegan a Buenos Aires y ofrecerles un "espacio pequeño pero de corazón grande", en el que pueden presentar su trabajo, y compartir con amigos de todas partes las experiencias vividas en el mundo del arte y en la vida.
Gracias a todos los que estuvieron, pudimos conocer tradiciones, formas de vida, comidas e intercambiar experiencias al calor de noches de maravillosa compañía.
Agradezco a todos los que estuvieron y abro el espacio a los que quieran venir.
Inés Grimland
www.inesgrimland.com.ar

Tu historia cuenta, Ponencia presentada en Monterrey (México) y Cali (Colombia)

Tu historia cuenta.
Revalorización de las historias personales en el marco de los procesos colectivos.

Cuando a los 9 años me entregaron mi primer documento de identidad y leí que había nacido en Bolivia no entendí nada. Bolivia no figuraba en mi vocabulario. Recién entonces supe que había nacido en Ucrania, pero tenía que guardar el secreto. Nadie tenía que enterarse porque era peligroso, me podían deportar.
En mi casa, de algunas cosas no se hablaba y menos delante de los chicos. Mi infancia fue feliz, pero mi hogar parecía siempre cubierto de un manto de melancolía.
Las personas que venían de visita eran los “shifbriders”, hermanos de barco, que constituían la única familia que tenía la mayoría, ya que los que no habían logrado escapar de la guerra habían muerto. Algunos traían a veces un acordeón, un violín, fotos, a veces se cantaba, otras se reía y la mayoría de las veces se lloraba.
Los chicos escuchábamos sin escuchar y absorbíamos de a poco pedacitos de historia.
Cuando mi mamá ya tenía mas de 75 años empezó a escribir y pude enterarme de las atrocidades que habían padecido. Supe del destierro de mis padres en Siberia, de la muerte allí de mi hermano Misha, del asesinato de toda la familia que había quedado en Varsovia, por los bombardeos nazis. Fueron muchos los años en que no pregunté y cuando quise hacerlo ya no tuve a quién preguntar.
Los inmigrantes que llegaron a la Argentina después de la 2da. Guerra Mundial no tenían nada. Ni idioma, ni familia ni dinero. Tampoco tenían trabajo y muchos de ellos ni siquiera documentos de identidad. Muchos fueron a parar a conventillos, construcciones enormes que contenían cuartitos y cuartitos con baños compartidos por varias familias. Otros con un poco mas de suerte y algún amigo o pariente en el país pudieron alquilar un departamentito. La vida era dura pero estaban vivos.
Se dieron dos situaciones emblemáticas: aquellos que se encerraron en su mundo para conservar a toda costa sus costumbres y cultura y aquellos que buscaron desesperadamente mimetizarse con la sociedad gentil, (no judía).
Algunas personas que llegaron escapando de la guerra hablaron de lo que había pasado pero la mayoría terminó callando porque nadie les creía. Las trataban de mentirosas y fabuladoras. ¿Quién en su sano juicio podía creer que hubieran sucedido semejantes atrocidades?
Otras no hablaban porque se avergonzaban de estar vivas mientras toda su familia había muerto. También se abatía sobre ellas un manto de sospecha: ¿qué habían hecho para conservar la vida? También estaban las que borraron totalmente lo sucedido para poder seguir viviendo. Otras no recordaban deliberadamente, aunque uno no siempre es dueño de lo que recuerda u olvida.
Pero los años pasaron y algo empezó a cambiar lentamente. Apareció una película, “La lista de Schindler” y muchas personas quisieron contar lo que habían vivido. Habían pasado mas de cincuenta años desde el término de la guerra, algunas heridas habían cicatrizado y hubo gente que decidió hablar para tratar de que la historia no se repitiera.
Personalmente, me relacioné con grupos de sobrevivientes, nos reuníamos una vez al mes para contarnos lo que sabíamos y así comenzamos a reconstruir el camino hecho por nuestras familias para llegar a la Argentina.. Una especie de rompecabezas que se iba armando de a poquito, y que maravilla cuando algunas fichitas se ubicaban en el lugar adecuado. Hace pocos meses supe el nombre del barco en el que habíamos zarpado de Marsella y descubrí quien era el hombre rubio que aparecía en fotos guardadas por mi mamá, un hermano del que ella nunca hablaba y que se había suicidado en Rusia durante la guerra. La historia me la contó una de mis tías postizas “de barco” con la que me encontré por casualidad después de muchos años. Empecé a entender también algunas conductas de mis padres, el porqué de muchas angustias y miedos. Entendí que yo formaba parte de una generación de sobrevivientes e hijos de sobrevivientes del Holocausto con problemáticas parecidas. Con estas personas dimos vida a una asociación, Generaciones de la Shoá (Holocausto) en la Argentina, y gracias a nuestro trabajo y al invalorable aporte de un periodista argentino, Uki Goñi, logramos que el Gobierno Argentino derogara un decreto, la Circular No.11, promulgada por el Presidente Juan. Domingo Perón y negada durante 67 años por el estado argentino. Por esta Circular secreta enviada por el gobierno argentino a sus embajadores en Europa, promulgada en el año 1938 y derogada en el 2005, se prohibió la entrada a la Argentina de los judíos que huían de Europa y a causa de ella familias enteras fueron devueltas a sus lugares de origen y muertas en los campos de concentración y exterminio.
En el año 2001, comencé a coordinar talleres con personas de la llamada “tercera edad”. El taller se llama “Tu historia cuenta” y tiene por objetivo la resignificación y revalorización de historias personales. Todos los integrantes del taller fueron sobrevivientes del Holocausto y varios contaron su historia por primera vez, en un marco de contención y emoción. Algunos escribieron libros y los editaron, otros escribieron para sus hijos o lograron contarles lo que hasta ese momento no habían podido. Y apareció también algo hermoso, la revalorización de la vida de los pueblitos europeos antes de la guerra, etapa que parecía haberse borrado junto con la memoria de los horrores sufridos.
Recoger los testimonios se transformó en una tarea vital para muchas personas. Reconstruir las pequeñas historias que forman la “gran historia” es una carrera contra el tiempo.
Ahora esta tarea es urgente. La mayoría de los sobrevivientes son ya muy mayores, pero por suerte, quieren contar. Y ahora hay quien quiere escuchar.
Inés Grimland
http://www.inesgrimland.com.ar/

Curiosidades: dime como lees, te diré que dices.

Esta es la prueba de que el orden de los factores "Sí" altera el producto. Leelo primero de arriba hacia abajo, luego de abajo hacia arriba, y vas a poder expresar tus entimientos, cualquiera que estos sean.



NO TE AMO MÁS
Mentiría diciendo
Que todavía te quiero como siempre te quise
Tengo la certeza
Nada fue en vano
Siento dentro de mí que
Tú no significas nada
No podría decir jamás que
Alimento un gran amor
Siento cada vez mas que
¡ya te olvidé!
Y jamás usaré la frase
¡YO TE AMO!
Lo siento pero debo decir la verdad
Es muy tarde...


Inés Grimland
www.inesgrimland.com.ar

Cuando la Narración Oral no es puro cuento.

Cuando la Narración Oral no es puro cuento.

¡Viva la Palabra viva!

La tercer edición de ¡Viva la palabra viva!, Festival Internacional de Narradores de Historias, se desarrolló en Neiva, Huila, entre el 27 de octubre y el 8 de noviembre de 2006.
Fue organizada por Casateatro, una organización liderada por Álvaro Gasca, director y maestro de actores y narradores. Ellos nos mostraron, que en una Colombia signada por la violencia de diferentes signos todavía hay espacio para la cultura y también mucha gente que trabaja para que la paz sea una realidad y no una utopía. Lo que mas me llamó la atención fue la dedicación y el afecto con que trabajaban los jóvenes que formaban parte del proyecto cultural de Casateatro. Ellos pintaban los murales, hacían los afiches, limpiaban el teatro, se ocupaban de la iluminación, el sonido, el bar, la atención del público y estaban siempre a disposición de los narradores, cuidando cada detalle de las presentaciones. Esos mismos jóvenes participaban de los talleres de teatro, máscaras, baile y narración. Y un capítulo aparte merecen las funciones que se realizaron en diferentes municipios de los alrededores. Viajamos mucho, pero valió la pena.
En un pequeño pueblo llamado Nátaga minúsculo caserío sobre las montañas, con una población que no excedía los 1500 habitantes, hicimos una de las funciones mas emotivas, con casi 400 personas de todas las edades, donde contamos historias de Äfrica, Italia, Francia y Argentina. Y además hicimos talleres, para niños y para adultos. Y se llenaron de gente ansiosa por conocer otras costumbres y escuchar lo que teníamos que decir de nuestras culturas y nuestras experiencias. Y comprobamos una vez mas que la narración no es puro cuento, que es mucho mas que eso, es aprendizaje constante, es compartir y disfrutar con el otro, ese otro que puede tener otro color de piel, otra manera de pensar, otra forma de actuar, pero que siente, sufre y ama como cada uno de nosotros. Compartir, confiar, disfrutar, crear vínculos, integrarse, aprender, toda esa maravilla nos la permite la narración oral, cuando no es puro cuento.
Inés Grimland